Una vez más Cataluña se mofa en nuestra cara, porque en esta España en la que "todos somos iguales" parece haber comunidades de 1ª y de 2ª, y es que la inclusión de bienes eclesiásticos pertenecientes a Barbastro-Monzón entre los fondos del nuevo Museo de Lérida, es la gota que colma el vaso, otra maniobra de la poderosa vecina para mantener en cautiverio un trocito de la historia de Aragón.
Después de 10 años haciendo oídos sordos a la orden de devolución, ratificada por el Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica en abril del 2007, para enquistar más la situación ahora entran en juego las instituciones Catalanas formando una "sociedad mixta" junto con el ovispado de Lérida para la gestión del nuevo museo.
Y es que, para reclamar los archivos de Salamanca hay que pedir la solidaridad del estado, llamamiento a la cordura, para dar los documentos a sus dueños legítimos, aiiiiii pero que difícil es abrir la mano cuando se trata de devolver, los tópicos no surgen por casualidad.
Y a pesar de que la decisión tomada de los archivos me pareció correcta, visto lo visto, no hubiera estado mal como lección, que aludiendo "a la unidad del archivo" todo se hubiera quedado en su sitio, porque este mismo es el trato que dan ahora a los bienes de la franja.
Ya no solo se trata de los bienes, recientemente me he enterado del expolio sufrido en Teruel de la vagoneta de tren, conocida como la "Zorrilla", y que se encontraba en el exterior de la estación de trenes turolense. En este caso la Fundación de Ferrocarriles Españoles, debido al estado que presentaba tomó la decisión de llevarla a un museo especializado. Otra pieza que ya solo podemos guardar en el recuerdo de la memoria, por que el regreso solo sería planteable (planteable que no realizable) en el caso de "el día de mañana hay un museo específico del tren en Teruel" según palabras de Alberto García, responsable del Plan de Protección y Puesta en Valor del Patrimonio Ferroviario. A mi parecer, su sitio ideal sería dentro de un espacio amplio, dentro de la estación de Teruel al terminar su remodelación, pero lo dicho, la vuelta a casa de la "Zorrilla" no la veo cercana, y sino ya se encargaran las autoridades pertinentes de evitar la devolución.
El asunto de los bienes se esta alargando demasiado, y la tomadura de pelo indignante, tal vez sea hora de que no solo el ovispado de Barbastro-Monzón de la cara, sino que el de Huesca, Zaragoza, hagan fuerza y presión para que se cumpla lo acordado (que no pedimos ni más ni menos, solo lo justo). Ya va siendo hora de que los políticos tomen posiciones, y dejen a un lado las buenas palabras y las buenas intenciones que ya hemos visto para lo que sirven, para nada, quizás habría que plantear la movilización del pueblo, quizás habría que movilizarse en Lérida, quizás tendremos que ir nosotros con un camión, romper las soldaduras y llevarnos lo que es nuestro, tal como paso con la "Zorrilla".
Basta ya!
Después de 10 años haciendo oídos sordos a la orden de devolución, ratificada por el Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica en abril del 2007, para enquistar más la situación ahora entran en juego las instituciones Catalanas formando una "sociedad mixta" junto con el ovispado de Lérida para la gestión del nuevo museo.
Y es que, para reclamar los archivos de Salamanca hay que pedir la solidaridad del estado, llamamiento a la cordura, para dar los documentos a sus dueños legítimos, aiiiiii pero que difícil es abrir la mano cuando se trata de devolver, los tópicos no surgen por casualidad.
Y a pesar de que la decisión tomada de los archivos me pareció correcta, visto lo visto, no hubiera estado mal como lección, que aludiendo "a la unidad del archivo" todo se hubiera quedado en su sitio, porque este mismo es el trato que dan ahora a los bienes de la franja.
Ya no solo se trata de los bienes, recientemente me he enterado del expolio sufrido en Teruel de la vagoneta de tren, conocida como la "Zorrilla", y que se encontraba en el exterior de la estación de trenes turolense. En este caso la Fundación de Ferrocarriles Españoles, debido al estado que presentaba tomó la decisión de llevarla a un museo especializado. Otra pieza que ya solo podemos guardar en el recuerdo de la memoria, por que el regreso solo sería planteable (planteable que no realizable) en el caso de "el día de mañana hay un museo específico del tren en Teruel" según palabras de Alberto García, responsable del Plan de Protección y Puesta en Valor del Patrimonio Ferroviario. A mi parecer, su sitio ideal sería dentro de un espacio amplio, dentro de la estación de Teruel al terminar su remodelación, pero lo dicho, la vuelta a casa de la "Zorrilla" no la veo cercana, y sino ya se encargaran las autoridades pertinentes de evitar la devolución.
El asunto de los bienes se esta alargando demasiado, y la tomadura de pelo indignante, tal vez sea hora de que no solo el ovispado de Barbastro-Monzón de la cara, sino que el de Huesca, Zaragoza, hagan fuerza y presión para que se cumpla lo acordado (que no pedimos ni más ni menos, solo lo justo). Ya va siendo hora de que los políticos tomen posiciones, y dejen a un lado las buenas palabras y las buenas intenciones que ya hemos visto para lo que sirven, para nada, quizás habría que plantear la movilización del pueblo, quizás habría que movilizarse en Lérida, quizás tendremos que ir nosotros con un camión, romper las soldaduras y llevarnos lo que es nuestro, tal como paso con la "Zorrilla".
Basta ya!
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